La planificación quirúrgica y su papel en los traumatismos craneoencefálicos

El traumatismo craneoencefálico, TEC, se trata de un golpe producido en la región craneal o facial que puede afectar al nivel de conciencia del paciente. La gravedad del TEC dependerá en gran medida del modo en el que se produjo el traumatismo (accidentes de tráfico, caídas, agresiones) así como de las complicaciones que éste pueda traer consigo. Los traumatismos craneoencefálicos son la causa de daño cerebral más frecuente diagnosticada en pacientes.
Dentro de los traumatismos craneales podemos encontrar dos tipologías: traumatismos craneales cerrados o abiertos (penetrantes). El traumatismo craneal cerrado es aquel que se produce al recibir un impacto que no llega a romper el cráneo. En el traumatismo craneal abierto o penetrante el objeto que impactó sí llega a romper el cráneo e ingresar en el cerebro. Este tipo de traumatismos son los que se producen normalmente en los accidentes de tráfico.

La trascendencia de este tipo de lesiones radica en que puede afectar directamente al sistema nervioso central compuesto por el encéfalo y la médula espinal, protegido por el cráneo y formado además por el cerebro, el cerebelo y el bulbo raquídeo. El cerebro se trata de la estructura más compleja que posee nuestro organismo ya que se encarga de regular y controlar todas las acciones y reacciones de nuestro cuerpo, siendo el principal centro nervioso.
Como consecuencia del daño que provoca el traumatismo cranoencefálico en el cerebro se pueden producir dos lesiones: la lesión primaria (contusión) y la lesión secundaria (hemorragia, edema, aumento de la presión en el cráneo, etc.). La primaria está relacionada directamente con el impacto que ha recibido el paciente sobre el cerebro, mientras que la secundaria se desarrolla como consecuencia de ésta, durante los días posteriores al accidente y puede acarrear graves consecuencias en el pronóstico del afectado.

El importante papel de la planificación quirúrgica entra en juego en este momento, suponiendo un pilar fundamental para este tipo de lesiones a las que aporta soluciones, tal y como analizamos en uno de nuestros casos de Kranyos Response. En él se presenta un defecto óseo frontal a consecuencia de un trauma craneal seguido de una craniectomía descompresiva.

El primer paso a seguir dentro de la planificación quirúrgica, una vez se ha estabilizado al paciente, es realizar una reconstrucción en 3D en base al TAC anterior, y con esa información hacer una densitometría ósea que analice las paredes del cráneo para conocer su espesor y poder planificar una osteotomía guiada. Una vez que contamos con esta información, se realiza la propuesta. En este caso, se trata de una copia fiel (1-1) de la estructura ósea diseñada a medida del paciente, ajustándose a sus necesidades y anatomía, para reconstruir el defecto óseo frontal.
Al modelo de implante propuesto se le realizó un análisis mediante elementos finitos para la evaluación estática estructural utilizando la Polieteretercetona (PEEK) como material de estudio. Se encontró que los espesores ideales están entre 2 a 4 mm para obtener propiedades similares al tejido óseo del cráneo.

Una vez más, observamos como la planificación quirúrgica ofrece soluciones a cirugías complejas que la requieren, proporcionando diversas posibilidades destinadas todas ellas a cubrir las necesidades de cada paciente.
Puedes consultar algunos de nuestros casos de planificación quirúrgica y aplicación de prótesis a medida en nuestra sección de experiencias.